Capacidad de 1 a 9 personas
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La verdad es que hay que reconocer que Oviedo es una ciudad que conquista. Sus calles peatonales son cómodas para el paseo. En verano hay terrazas por todas partes donde tomar algo y sentarse a contemplar a los paseantes, al estilo parisino. En la zona de los vinos, o sea, las calles Campoamor y Manuel Pedregal (justo en frente de la estación de la Renfe) cada vez abren más bares a cual más chulo. Y tomarse un vinito con unas tostas a última hora de la tarde en cualquiera de estas vinotecas es un placer.Pero sin duda, lo mejor de Oviedo es su repostería: atentos los golosos a los bombones de Peñalba o de Ovetus, o a los carbayones y croisanes de Camilo de Blas, a las moscovitas de Rialto (y a sus tortitas para quienes se animen a asentarse a tomarse un café en esta confitería) o al peñasanta de Santa Cristina. Tengo amigos que sufren cada vez que va a Oviedo porque, de verdad, durante su estancia en la capital del Principado engordan siempre un par de kilos.Si, en Oviedo (y en Asturias en general) se come muy bien. Y eso es una de los aspectos que más valoran quienes se dejan ver por allí. Pero hay otra cosa que llama la atención a los visitantes: la limpieza. Y la verdad es que la limpieza de Oviedo es digna de destacar.Cuando se comenta este aspecto con algún oventese siempre se cuenta, con orgullo que la ciudad ha ganado no se cuantas escobas de oro y de plata y hasta de platino, un galardón que se otorga a las ciudades más limpias de España. Y la capital del Principado es una de las primeras siempre en la lista de las ciudades de más limpias de la OCU. Bueno, también hay quejas, por supuesto, de lugareños que protestan porque esta limpieza cuesta muy cara a los ovetenses, o porque los barrios de la periferia no están tan relucientes en fin. Tiene que haber de todo.Limpia, buena gastronomía, ambiente provinciano y otra ventaja. A mi, personalmente lo que mas me gusta de Oviedo es que a pocos minutos del centro, uno pierde la sensación de estar en una zona urbana y se sumerge, casi de repente, en una zona rural. El Naranco, los merenderos de Ules, las Caldas (por cierto, no dejen de asomarse al nuevo balneario, Las caldas Villas Termal, un buen lugar donde alojarse y relajarse) y pueblecitos como Priorio, con su castillo por todas estas zonas hay rutas señalizadas para hacer senderismo, merenderos donde tomar unas sidras al aire libre Son estas ideas varias de lo qué se puede hacer en Oviedo que quiero le lleguen a dos buenas amigas que me ha dicho que este mes de agosto quieren pasar unos días en la capital carbayona. Yo, como oventense, se lo recomiendo. Por lo que he podido ver y oír en los últimos años, Oviedo en general es una ciudad que gusta mucho a los viajeros. Por favor, cuando regreséis a casa no dejéis de contarme qué tal vuestra experiencia en Oviedín.